Los adultos han secuestrado la infancia de los niños. El impulso de modelar a los hijos con un celo sobrehumano, la llamada hiperpaternidad, evidencia el fracaso del modelo infantil actual. Es lo que el autor de Elogio de la lentitud defiende en su nuevo libro, Bajo presión. Y se pregunta, en este texto para El País, qué significa ser niño y padre en el siglo XXI.